Los niños como los adolescentes necesitan poder tener la libertad de exteriorizar cualquier síntoma o emoción. El no hacerlo se producen unas conductas desadaptativas como baja de autoestima, déficit de atención, problemas del sueño, dificultad en habilidades sociales, problemas de aprendizaje, problemas en el control de los esfínteres…
